Todos los seres humanos, absolutamente todos tienen una o varias canciones que los hace bailar o siquiera mover el pie y la cabeza, porque sus sonidos, melodías y/o letras incitan a hacerlo sin importar el lugar en el que se encuentren.
Hay ocasiones en las que se baila con las canciones del momento, pero hay otras tantas en las que los temas “viejitos” hacen que uno se pare a danzar con o sin pareja, en una pista o en el auto mientras se va manejando en la carretera.
Hasta hace un par de años no se entendía cómo era que funcionaba la popularidad de estos temas, pero el día de hoy el secreto ha sido revelado gracias al estudio que realizó la Escuela de Negocios de Columbia y el INSEAD (Instituto Europeo de Administración y Negocios).

Para saber que canción puede convertirse en un éxito y trascender la barrera del tiempo y las brechas generacionales, se utilizó el audio-tecnología Echonest, un dispositivo que desarrollaron los estudiantes del MIT Media Lab y el streaming Spotify.
Con el Echonest se procesaron de manera digital algunas canciones para saber cuál era la variable que hacia popular y bailable a una canción, por ello se identificó la duración, el ritmo, la instrumentalización y la nota musical.
Los resultados arrojaron que las canciones deben tener un ritmo, en todo el tiempo que dura, que haga bailar a las personas sin que se cansen de manera inmediata, esto para que se vuelvan himnos oficiales de las fiestas y no queden …