Hace poco más de un año, mi padre me insistió que probara una app nueva para el iPhone. Más que una simple app, era un servicio. Y más que el típico servicio que se consume en el propio iPhone, era uno que tenía lugar en el mundo real. Nada de bits y bytes. La app del iPhone era solo una manera de activarlo. Acababa de volver de una estancia de casi un año en Canadá, donde aprendí la dura lección de que en un pueblo perdido en una montaña si no tienes coche, no puedes hacer gran cosa.El transporte público deja mucho que desear incluso en las grandes ciudades. En general, todo Norteamérica es así. Necesitas el coche para todo y todo está pensado para el coche. De modo que en mi llegada a Madrid, la posibilidad de desplazarme en coche de nuevo llamó mi atención. El servicio en cuestión es Car2Go, a quien ha salido un competidor reciente llamado emov. Llevo utilizando coches eléctricos compartidos desde hace poco más de un año. Una experiencia que ha dado pie a que me replantee el debate sobre el Apple Car.
La comodidad de conducir un coche sin ser su propietario
Llevo más de ocho años viviendo en Madrid. Durante mi llegada, comencé a plantearme comprar un coche. Sin embargo, la intuición me decía que no merecía la pena gastar tanto por el poco uso que le daría. Y ahora podemos ponerle un número a esa intuición. El 97 % del …