En las profundidades de una cueva de Galilea, arqueólogos han desenterrado evidencia de reuniones rituales humanas de hace 35.000 años. Un enigmático tótem en forma de tortuga y un entorno diseñado para actos simbólicos revelan prácticas sociales que transforman nuestra visión de los primeros humanos modernos. ¿Qué nos dicen estos vestigios sobre la espiritualidad y el contacto entre especies?