Las secadoras de manos están presentes en nuestro día a día cada vez más, sobre todo porque en la mayoría de los baños de las oficinas que se respeten se encuentra por lo menos uno de estos armatostes. Sin embargo, a pesar de su omnipresencia, pocas veces reparamos en ellos, ni en las consecuencias de su uso. La ciencia sí los tiene bien checados, demostrando que no son tan higiénicos como podríamos pensar.
Un nuevo estudio en Microbiología Aplicada y Ambiental de la Universidad de Connecticut demostró que las secadoras de manos, al momento de usarlas, bañan a sus usuarios con incontables bacterias, incluyendo partículas de heces fecales.
La investigación descubrió que, cuando alguien le jalaba a un inodoro que no estaba tapado, la turbulencia que se formaba por la descarga de agua enviaba por los aires partículas fecales, que flotaban en una nube miasmática dentro del baño. Cuando se activaba una secadores de manos, atrapaba esas partículas, las calentaba y las rociaba sobre las manos húmedas de su usuario. Es decir, la secadora pulveriza las bacterias de las heces fecales y las rocía sobre sus incautos usuarios. Esto es más peligroso en ambientes donde podrían encontrarse bacterias infecciosas, como los hospitales.
Para el estudio, los investigadores expusieron 36 placas recubiertas de glucosa en los baños públicos, primero con las secadores de manos apagados, y luego con las secadores de manos encendidos, y, posteriormente, verificaron el crecimiento bacteriano en las placas. Descubrieron que, cuando las secadores de manos no estaban encendidos, encontraron poca …