Los sistemas de reconocimiento facial apoyados en Inteligencia Artificial, capaces de catalogar a una persona en función de sus rasgos o su forma de actuar, llevan tiempo figurando como uno de los mayores problemas éticos a los que se enfrenta la tecnología. Un grupo conformado por más de 70 expertos en diversos campos ha remitido una carta al gobierno español en la que se solicita que se frene su uso hasta que un comité independiente investigue a fondo sus potenciales usos perjudiciales y los fallos que ha registrado hasta la fecha. «El problema no es ya que esta tecnología pueda fallar, sino hasta que punto una decisión adoptada en función del reconocimiento facial tiene efectos», explica a ABC Ofelia Tejerina, presidenta de la Asociación de Internautas, abogada especializada en temas digitales y una de las firmantes del documento.
Cabe recordar que, gracias al uso de esta tecnología, una empresa privada o una institución pública podría prever cuál es el comportamiento o el estado de una persona en función de sus rasgos o sus gestos. Para ello, se sirven de bases de datos en los que hay almacenada información sobre otros usuarios con características similares. Países y empresas de todo el mundo, entre ellos España, ya están empleando estos sistemas. Aena, por ejemplo, está desarrollando un proyecto piloto de detección biométrica de este tipo en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. China, por su parte, es probablemente el estado en el que estos sistemas están más generalizados. Recientemente varias empresas tecnológicas del …