Tu teléfono no es solo un dispositivo, sino una puerta a tu vida entera. Ahora, piensa en alguien que haya robado esa puerta, que haya saqueado tus secretos, tus cuentas bancarias y dejado tu mundo patas arriba. Esa es la historia de Aaron Johnson, un delincuente que se hizo con más de 1 millón de euros robando iPhones y accediendo a sus cuentas.
Johnson, actualmente cumpliendo una condena por sus delitos, compartió detalles en una entrevista con WSJ sobre cómo robaba iPhones y lo que hacía después. Lo que reveló es una crónica escalofriante sobre cómo el conocimiento del código de acceso puede convertirse en la llave maestra de las vidas digitales de las personas.
«El código de acceso puede ser Dios a veces, o puede ser el diablo», expresó Johnson en la entrevista. Su historia comienza con el robo de cientos de iPhones, que no solo significó la desaparición de los dispositivos, sino la devastación financiera y emocional de sus propietarios.
El modus operandi de Johnson era tan sencillo como inquietante. Se acercaba a personas en bares, sobre tod jóvenes que hubieran bebido, establecía conversaciones con ellos y en el momento adecuado, visualizaba el código de acceso antes de que le entregaran el teléfono para, por ejemplo, teclear un complejo nombre de usuario de una red social. Y si no conseguía ver el código, bloqueaba el teléfono y pedía al dueño que lo volviera a introducir.
Su habilidad para engañar a personas desprevenidas con trucos y falsas promesas, le permitió acceder …