En el M.I.T. se han marcado este proyecto de geoingeniería solar como opción para aplacar los efectos del cambio climático, también conocidos aquí como la caló, llamado Burbujas Espaciales (Space Bubbles). Básicamente consiste en proteger la Tierra del implacable efecto de la radiación solar mediante un gigantesco «toldo» de unos 10 millones de km². Sería como poner un «escudo» semi transparente, del tamaño de Brasil, en el espacio, a 1,5 millones de km, en un lugar muy concreto entre nuestro planeta y el astro rey.
Si suena un poco alocado es porque lo es –y como tal, no pasa de ser un mero proyecto– pero lo interesante como siempre es meditar acerca de si técnicamente podría llevarse a cabo, cómo junto con las implicaciones que tendría para la vida en la Tierra. Según dicen, el material sería una especie de papel-burbuja extremadamente fino, de 20 nm, que se puede «inflar» a 0,0028 atmósferas llenándolo de líquido para mantenerlo a –50°C y así aplacar la radiación solar de entre 400 y 600 nm. Tendría una densidad de menos de 1,5 gramos por metro cuadrado. El lugar donde se instalaría sería el punto de Lagrange L1, un lugar adecuado para «aparcar» naves espaciales o escudos solares, como es sabido.
Según calculan la reducción de la radiación solar podría ser del 1,8 por ciento tras su instalación. Pero claro, ¿serviría esto para algo? Para empezar tendría un gran efecto sobre el clima y los ecosistemas, que puede que fuera bueno o no tanto; …