Era un secreto a voces. Google, una de las mayores empresas de internet, ha estado durante años permitiendo a sus socios, empresas de desarrolladores de aplicaciones, tuvieran acceso a Gmail, el servicio de correos electrónicos más importante, para leer y espiar las conversaciones de sus usuarios.
Un escándalo que tiene ciertas similitudes al sufrido por Facebook y Cambridge Analytica, aunque en este caso no se ha producido ningún tipo de ilegalidad. Según informa «The Wall Street Journal», la compañía de Silicon Valley «continúa permitiendo» que cientos de desarrolladores de software externo escaneen y accedan al contenido de Gmail para elaborar sus productos informáticos.
Un hecho que motivó a que el pasado año Google asegurara en un comunicado que tenía previsto cerrar el grifo de las bandejas de entradas de sus usuarios de Gmail para obtener información a la hora de personalizar los anuncios. Algo que, ahora, queda en entredicho dado que aunque la propia compañía de internet ha sido tajante en dejar de «analizar» los correos para decidir qué anuncios mostrar, sí lo ha permitido de manera silenciosa a empresas de terceros. Esta revelación se produce en un momento en el que existe una mayor concienciación acerca de la privacidad en los servicios digitales.
La razón de esta situación se debe a la propia configuración técnica de Gmail, que permite que empresas de terceros puedan tener acceso al contenido de los correos electrónicos de los usuarios a partir de complementos y extensiones disponibles. Para ello, se requiere de haberle …