Ya tiene casi dos años pero he estado viendo fascinado este vídeo del siempre recomendable Brick Experiment Channel en el que construye un submarino a control remoto con un táper de Ikea, unas cuantas piezas de Lego, y unos imanes. Además del mando a distancia, su receptor, y unas baterías LiPo, claro.

No da las instrucciones detalladas pero muestra paso a paso como va montando y probando los motores. Hay uno a cada lado para los movimientos de avance, retroceso, y giro, y otro en la parte posterior que sirve para controlar la profundidad a la que navega el submarino. Usa los imanes de neodimio para transferir el movimiento a través de las paredes de cristal del «táper» sin necesidad de agujeros».

Una vez que los tiene montados –y con el capitán ya a bordo– vienen las pruebas de flotabilidad. Lastra el submarino con perdigones para asegurarse que que ni flote ni se hunda; la idea es controlar el desplazamiento vertical con el motor.

Y luego vienen las pruebas de mar. Bueno, de piscina.

En ellas descubre que dado que las dos hélices que controlan la profundidad giran en el mismo sentido su torque hace que el submarino tienda a girar en el sentido contrario. Eso lo arregla haciendo que las dos hélices giren en sentido contrario, con lo que sus respectivos torques se compensan.

También descubre que cuando el submarino está a profundidad máxima no vuelve a subir porque la presión del agua hace que la tapa se combe …