Desde 2020, el Parlamento Europeo cuenta con el "derecho a reparar", que limita los productos electrónicos de un solo uso y obliga a los fabricantes a facilitar la reparación de sus equipos, ofreciendo también más información sobre la capacidad de arreglar cada dispositivo, algo que no siempre se respeta, ni que siempre se facilita.
Eso fue justo lo que le sucedió a Jesús Rodríguez Conde, conocido como "ChuxMan", que encontró un problema en su lavadora Beko. Su software indicaba que un microcrontrolador estaba "aparentemente muerto", y no recibía electricidad, algo que el usuario decidió solucionar, al ser director general de una empresa de software.
Conde detalla que se puso en contacto con el fabricante del dispositivo y le pidió una copia del hardware, pues la empresa estaba obligada a ofrecer manuales y componentes si los clientes lo solicitaban y querían reparar sus equipos por sí mismos.
Arreglando el problema
Lo que "ChuxMan" no esperaba era que Beko rechazara la solicitud. Además, tras consultar la razón, la empresa respondió que al no ser una computadora, sino una lavadora, debía tratarse de otra forma, proponiéndole sustituir la pieza supuestamente defectuosa por un componente que tenía un alto precio.
Conde no aceptó la sugerencia de la empresa y, en lugar de ceder, decidió conectar su computadora a la máquina y leer él mismo el firmware, comparándolo con el de una lavadora similar que tenía su madre. Así …