La filial francesa de Facebook ha llegado a un acuerdo con las autoridades fiscales francesas para desembolsar 106 millones de euros en concepto de impuestos atrasados (incluyendo la subsiguiente multa de 22 millones), a raíz de una auditoría de sus cuentas a lo largo de una década (2009-2018). Ni la compañía ni la Hacienda francesa han dado más detalles sobre el acuerdo.
Las autoridades francesas llevan tiempo presionando para que las grandes tecnológicas no puedan recurrir a una práctica habitual y permitida por las normas fiscales internacionales: canalizar las ventas de sus mercados locales europeos a un único país de la UE, proclamado 'sede europea' de la compañía, y poseedor de una fiscalidad especialmente beneficiosa (en este caso, Irlanda).
Facebook aclaró en su momento que, en 2018, decidieron hacer una excepción e incluir sus ventas de publicidad a empresas francesas entre los ingresos que declaran en el país vecino, lo que hizo que los ingresos netos de su filial casi se duplicaran, incrementando su pago de impuestos en la misma proporción, hasta un total de 8,5 millones en 2019.Según un portavoz de la compañía, Facebook
"se toma en serio sus obligaciones fiscales, paga los impuestos que debe en todos los mercados en los que opera y trabaja en estrecha colaboración con las autoridades fiscales de todo el mundo para asegurarse de cumplir con todas las leyes fiscales aplicables y de resolver cualquier litigio".
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