No todo ha sido visto en la región de Chichén Itzá: el INAH ha hecho el mayor descubrimiento desde la década de los 50, en una cueva subterrránea de nombre Balamkú a casi tres kilómetros al este del Templo de Kukulkán. La cueva es una especie de "gusano" en donde para acceder los investigadores deben andar aproximadamente 400 metros para comenzar a abrir las galerías y cámaras, la mayor de ellas de 3.8 metros de altura.
En las galerías hay todo tipo de objetos: incensarios, alimentos carbonizados, semillas, piedras de molienda, malacates y metates, así como claras representaciones de jaguares. Aún con los estudios correspondientes por hacer, el Instituto Nacional de Antropología e Historia ya estima que los objetos debieron haber sido usados en el periodo del 700 d. de C al 1,000 d. de C.
En Xataka México
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La mejor parte es que, debido cuan difícil es llegar a las galerías, casi todo se ha permanecido en perfecto estado de conservación, por lo que serán piezas que ayudarán a investigadores a descifrar cómo se hacían los rituales, qué elementos se necesitaban, y así develar un poco más de la cosmogonía maya.
El guía
La cueva fue descubierta de forma azarosa por un grupo de ejidatarios de vuelta a 1966. De la comunidad de San …