Fue el 6 de abril de 2016, hace casi un año, cuando decidimos replantearnos la forma en que nos relacionamos con la comunidad de lectores que tenemos en Hipertextual. Sabíamos que la metodología que estábamos usando, la de los comentarios al final de cada artículo, no estaba funcionando.
En aquel momento expliqué las tres razones principales por la que tomábamos esta decisión:El dolor de cabeza que supone la fragmentación de discusiones, una por cada artículo publicado. La dificultad de moderar comentarios y los recursos necesarios para hacerlo bien.
A falta de moderación y recursos necesarios, los comentarios se convirtieron en un nido de trolls. Sacando lo peor de un grupo pequeño de personas que sólo buscan desestabilizar una comunidad.
Definitivamente, las personas buscan mejores formas de interactuar que unos simples comentarios.Fue una decisión arriesgada y poco popular pero cerramos comentarios. Necesitábamos darnos un respiro y experimentar con nuevas formas de interacción entre nuestra audiencia. Probamos con un chat de Slack donde cualquier persona podía entrar y ser parte de una discusión en tiempo real sobre prácticamente cualquier tema relacionado a la línea editorial de Hipertextual.
En aquel momento también explicamos que el chat de lectores de Slack era un experimento. Queríamos entender mejor las posibilidades de juntar a muchas personas en un solo lugar en vez de fragmentarlos entre miles de artículos.
El planteamiento era correcto, la herramienta no. Los chats en tiempo real funcionan muy bien para cierto tipo de actividades, por ejemplo, sucesos de última hora, lanzamientos de productos, …