Los móviles actuales pecan de ser clónicos. Se parecen cada vez más entre ellos. Unos pocos elementos diferenciales hacen que, a primera vista, puedan distinguirse. Al menos a ojos de los usuarios menos avezados. Las tendencias más calientes en los dos últimos años han sido las pantallas sin bordes y las cámaras dobles. Pero esta temporada no solo se han multiplicado esos «ojo», sino que además han empezado a verse dispositivos no ya con tres o cuatro; incluso más como el caso del Xiaomi Mi Note 10, que apuesta por cinco cámaras.
El terminal es grande pero nada ostentoso. Lo más acertado: es un móvil muy equilibrado. Con una pantalla de 6.47 pulgadas, es muy compacto y transportable. No se hace excesivamente monstruoso en las manos; tampoco si lo llevas en el bolsillo del pantalón, que es la ubicación preferida de muchos consumidores. Esto es así. Diseñado de manera impecable, su calidad de imagen también está a la par de las exigencias. Extrae una resolución Full HD+, que tiende a enfriar las imágenes pero se compensa con unos colores y negros muy logrados gracias a su panel orgánico de tipo Amoled.
Puede presumir de pantalla pero solamente una pequeña «muesca» (o «notch», para los más «frikis») ubicada en la parte superior reduce la superficie táctil, que se curva lateralmente al estilo de los Galaxy de Samsung. Estos detalles le confieren una estética moderna e innovadora, manteniendo elementos sobrios, aunque ofrece una sensación de estar ante algo demasiado visto …