Hay series que durante su tiempo de emisión fueron capaces de mantenernos a absolutamente todos enganchados a la pantalla de forma inevitable. Tenían un magnetismo, una capacidad de convencer que era difícil de olvidar. En este caso, es turno de hablar de una serie que hizo algo muy importante, ya que aunque su director no está hecho para todos los paladares, fue capaz de embriagar a prácticamente todo el mundo que concluyeron, casi de manera unánime, que la serie era una absoluta maravilla. Esto se debía, en buena medida, a la capacidad de su director de generar enigmas, de confundir al espectador y de guiarlo por un mundo que tarde o temprano se convertía en una especie de viaje onírico por el subconsciente de sus protagonistas.La serie sirvió de inspiración para muchas obras. No solo series o películas, sino también videojuegos como Silent Hill o el más reciente Alan Wake, cuya forma de narrar los hechos en el pueblo en el que sucede la acción supone una auténtica referencia a una serie tan absolutamente desbordante como la que se trata en esta ocasión. Vamos a ver qué tiene que la hace tan increíblemente buena.Una serie inolvidableDale Cooper es un agente del FBI bastante poco convencional que llega a Twin Peaks, un pequeño pueblo enclavado en las montañas del norte de Estados Unidos, con un objetivo bastante tétrico: investigar el brutal asesinato de la jovencísima Laura Palmer, una de las chicas más queridas del pueblo y una de las figuras clave …