Un innovador método desarrollado por científicos de la Universidad de Cornell permite extraer oro de dispositivos electrónicos desechados sin utilizar productos químicos peligrosos. Además, este oro recuperado se usa como catalizador para transformar el CO2 en materiales orgánicos útiles, ofreciendo una solución sostenible al doble desafío de la contaminación por residuos electrónicos y el cambio climático.