Desde el día 7 de mayo al 11 de mayo, la NASA detectó múltiples erupciones solares que alcanzaron la Tierra. Estas erupciones son un síntoma que nos deja el ‘máximo solar’, un periodo de la estrella donde la actividad solar es más intensa. Esos breves, pero intensos picos de energía influyen en el clima de nuestro planeta, pero también pueden influir en nuestra infraestructura de red.
Un ejemplo ha sido el caos en los sistemas GPS de los equipos de agricultura que han provocado las tormentas solares de los últimos días o la mayor presencia de auroras boreales provocadas por el choque de esas erupciones contra el campo magnético terrestre. Ante la presencia de fenómenos naturales como este, muchos se preguntan la capacidad que alberga nuestro planeta, particularmente en nuestra confianza con las nuevas tecnologías, para hacer frente a un supuesto desastre natural de mayor orden.
Una tormenta solar que nos podría dejar sin telecomunicaciones durante semanas
En un artículo publicado por el medio Le Monde, Jacques Marceau, experto digital, advierte de la fragilidad de nuestro planeta y nuestras infraestructuras ante la próxima tormenta solar que atizará a la Tierra en 2025.
“La digitalización de todas las actividades humanas continúa en un mundo que se transforma a una velocidad deslumbrante, marcado por sacudidas que en general no habíamos previsto, y cuya escala no deja de sorprendernos”, destaca el último informe de Cigref, la organización sin ánimo de lucro que representa a las mayores empresas y administraciones públicas de Francia.
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