“¿Hay alguno de tus dispositivos de Apple que haya muerto realmente?”, me preguntó mi cuñado hace un tiempo mientras comíamos en mi retiro vacacional. La respuesta obvia que pasó rápidamente por mi cabeza es que sí. O eso quería creer, asumiendo que es lo lógico. Parándome a pensar, me di cuenta de que esa respuesta es apenas correcta.
Tengo muchos productos que funcionan perfectos, pese a llevar más de una década a las espaldas, como un iPod Classic de 160 GB que solo necesita volver a cargarse para ejecutar las miles de canciones que llevan ahí encerradas desde los dosmiles. Eso dice muchas cosas buenas de Apple, pero también me da cierta lección acerca de cómo debería decidir renovar esos dispositivos.
Mis dispositivos no han muerto, sólo los he jubilado
Lo cierto es que casi todos los dispositivos de Apple que he comprado (el primero fue en 2005) siguen activos de un modo u otro. Y teniendo en cuenta que han pasado 18 años desde que empecé a abrazar Apple, eso es todo un hito. Hagamos un repaso.
Mi primer dispositivo de Apple fue un iPod 5G (Video). Aún lo guardo, aunque desgraciadamente no funciona ya que literalmente le pasó un todoterreno por encima en 2008. No pude revivirlo.
Mi primer Mac, un iMac de 20 pulgadas Core 2 Duo (un blanquito) sigue activo en el despacho de César, la persona que me evangelizó hacia la plataforma. Lo utiliza como máquina …