Nuevas investigaciones señalan que la colisión entre la Vía Láctea y Andrómeda podría haber comenzado a través de sus halos de gas. Aunque los núcleos de ambas galaxias aún están a millones de años luz de distancia, sus envolturas gaseosas ya podrían estar interactuando. Descubre por qué esta colisión, que se creía inevitable, ahora parece menos certera.